lunes, 17 de marzo de 2014

La Pequeña Muerte de Niño Koi



Meses de no ver a Chris. Me lo topo en el Steinvorth durante la primera noche del FID. Saludo breve, ambos conversamos con gente distinta y no queremos separarnos de nuestro grupo. Al menos eso es lo que me digo a mí mismo. Miento. Tengo mucho más tiempo de no ver a Mau y hoy tampoco lo veré. A Fabro me lo topo a menudo en conciertos, el único que sigue presente en la escena, pero nunca mencionamos lo más importante: ¿Dónde putas está Niño Koi?

En el 2012 Niño Koi sacó el disco más esencial de ese año: La Pequeña Muerte. Casi nada ha explicado o condensado tan bien el sentimiento de claustrofobia y colapso que se sentía entre la juventud de Costa Rica cuando el Gobierno de la Presidenta Laura Chinchilla apenas llevaba la mitad de su período recorrido. Entre marchas, paros, protestas, corrupción desbordada, una prensa hostil y una desilusión profunda en el sistema democrático, salió un disco fulminante que le hablaba directamente a una juventud ansiosa y ambiciosa. Comerse el mundo no suena tan atractivo cuando el mundo está repleto de gusanos ¿entonces qué hacemos?

Su semilla fue la banda colegial El Extraño Mundo de Alexis, que conocí por MySpace, luego se consolidaron como Niño Koi cerca del 2009. Eran Chris Robinson en el bajo, Mau Fonseca y Fede Salas en las guitarras, Fabro Durán en la batería y Geo Morera en la laptop y ocasional guitarra. Eran casi todos heredianos de ascendencia punki, de los primeros en caer en los espacios experimentales de la música instrumental.


La banda reunía una cantidad significativa de seguidores cuando salió La Pequeña Muerte. Las expectativas eran altísimas. Tenían dos EPs -uno más relevante que el otro- y tenían dos de las piezas más discutidas de la compilación Sí San José, foto de un momento creativo impecable de una escena ambiciosa del rock local. En su círculo parecían la primera banda lista para saltar a las grandes ligas del Rock Nacional -en mayúsculas- y reclamar la corona de su generación.

¿Qué salió mal? ¿Fue la falta de conciertos? En algún momento del 2012 Niño Koi se convirtió en una criatura de apariciones esporádicas en los escenarios. Era casi imposible verlos. Con espectáculos cada dos meses, si nos perdíamos uno podíamos pasar hasta la tercera parte del año sin verlos en vivo... y es que a Niño Koi HABIA QUE VERLOS EN VIVO. Sin importar lo bien que suenan sus discos, ver el juego de guitarras pasando en tiempo real, la energía de Chris en el escenario (lo más parecido a un front-man), sentir físicamente las sutilezas de los arreglos de batería... todo eso es totalmente distinto a ser un escucha pasivo en casa. El performance era envolvente y exigente. Estar en un concierto era lo más cercano a entenderlos y esa posibilidad se reducía caprichosamente. Lo peor es que en Costa Rica el público se alimenta de la música en vivo. Estar en silencio es equivalente a volverse invisible.

De alguna forma el disco en vez de ayudarles a crear un momentum irresistible que los sacara de su órbita, creó más como un sentimiento de misión cumplida. Después de conciertos separadísimos entre sí durante varios meses -a pesar de una demanda fiera y una audiencia creciente que cualquier otra banda moriría por tener- al fin apareció el paso siguiente en el 2013: un video.




El video fue tan misterioso y maravilloso como el disco de donde fue extraído el tema "El Último Rey de Talamanca", lo más cercano a un single que podía encontrarse. Otra vez se tiraban las redes y se apelaba a públicos nuevos fuera de su zona de confort. Los blogs recordaban la relevancia y la importancia del trabajo de la banda. Tal vez este paso anunciaba el crecimiento que todos esperaban, el extenderse más allá de fronteras y lugares familiares... un concierto absolutamente imposible de creer se llevó a cabo en el Steinvorth para el lanzamiento del audiovisual, con los Koi incorporando elementos nuevos de jazz bebop dentro de su repertorio usual.

Ambiciosos y certeros, mezcla nada común. Nuevamente Koi capturaba el espíritu de la época, en este caso estaba canalizando la galvanización de su generación en planes y miradas hacia el más allá, de la furia de la incertidumbre y la desesperanza hacia la construcción de posibilidades y mundos nuevos. Era una premonición de la batalla electoral por venir, donde la juventud y su búsqueda agresiva por mundos diferentes marcó sorpresa tras sorpresa en el proceso democrático... pero las elecciones pasaron en silencio. Poco después de este glorioso momento, de este anuncio de decisión e intención... Niño Koi desapareció.

Rumores circularon sobre sus integrantes. Sobre diferencias en la dirección a seguir. Sobre distancias e insatisfacciones. Cuando menos lo esperamos... nos topamos a Fede tocando bajo con Ave Negra, decidido, resoluto, clarísimo. Ave Negra ahora sonaba como siempre supimos que estaba destinado a sonar ¿pero a qué precio?

A partir de eso temimos lo peor.

Entre cervezas, mientras el 2013 moría entre campañas de miedo y el corazón roto que fue el reporte del Estado de la Nación... Geo me contestó mi pregunta: "¿Que dónde está Niño Koi? Cuando Niño Koi vuelva yo como fan voy a estar muy feliz. Seré el primero en alegrarme. Seré el fan número uno de ahora en adelante". Me sonrió con dulzura y no hice más preguntas. Entendí. Niño Koi ahora es un trío y está escondido. Elusivo. Disperso. Geo no tenía idea de cuál era el futuro de gente con quien ha compartido toda su vida.


Chris. Fabro. Mau. A Fabro lo conozco desde hace casi una década, desde sus años colegiales. Aun así no me atrevo a preguntarle. Me da miedo su respuesta. Me dio miedo preguntarle a Chris, aunque tuve ese chance único en medio de vidas donde cada vez parecemos coincidir menos y menos. Mau no tengo idea de donde estará.

Lo que sé es que mientras el país está en la recta final del cambio, en el umbral de la decisión que podría significar un renacimiento o un rescate de lo mejor de nuestra historia, Niño Koi no está para celebrar con nosotros. Supongo que han estado meditando, incubando el paso siguiente, re-acomodando los balances, aprendiendo a caminar de nuevo.

Sé que los espero, sean tres, cuatro o cinco. Sea con su corazón roto o entero. Sea como pez o dragón. Sé que faltan muchas cosas por decir. Sé que importan. Que pesan, que ven más allá de lo que vemos y que no temen explicarnos cosas que no queremos ver.

Tal vez ahora, con el país esperanzado con el futuro, otra vez sean poseídos por el zeitgeist y se dejen llevar por el inconsciente colectivo. Tal vez la siguiente etapa de los Koi sea una cabeza de agua sónica que nos deje en las costas de la Tercera República, sin miedo al futuro y listos para abrazar el cambio.

viernes, 7 de marzo de 2014

El Sonado Nacimiento, Prematura Muerte y Gloriosa Resurrección de Los Waldners




4 DE MARZO 2014. Rosario Bléfari, icónica música argentina comparte en su página de Facebook el disco de los Waldners, que en privado ha calificado como "re-bueno". Luis está llorando. Esto es un triunfo, no hay grises.


14 DE MAYO 2011. Lobo Estepario, epicentro del indie local ese año. El esperado debut. Hace rato Jime quería montar las canciones de Luis Carballo, que formaran una banda. Me presentó a Luis un año antes, un alma sensible, con un poncho, cabello largo y desarmante dulzura. Eventualmente pasa, el núcleo original es Jime en la guitarra, Luis como vocalista y Manu, su entrañable amigo en común, en el bajo. Como complemento reclutan a Daniel Ortuño en la segunda guitarra. Dani lleva años grabando bandas, incluyendo The Great Wilderness, el grupo donde toca Jime. Daniel no ha vuelto a subirse a un escenario como parte de algo desde la muerte de Señorita Maestra y Alta Costura años antes. Acepta, este Luis parece alguien con ideas interesantes aunque tenga una fijación poco saludable con los Smiths y use el inglés como forma de expresión: Dresses, The Happening, Lovers in the Car... La batería se resuelve con Andrea San Gil, compañera de banda de Jime, cuya imaginación percusiva se acerca más a la poesía y menos a la carpintería.


6 DE ENERO 2014. "Ella Usaba Vestidos" es el primer sencillo, más de año después de la primera grabación organizada por Dani con Pablo Castro en las montañas de Alajuela. El largo período de gestación ha sacudido hasta al más fiel de esta informal jauría y expuesto la fragilidad colectiva. Veo como se aceptan y se esperan en medio de una frustración que ha quebrado las espaldas de animales más grandes que este. Se empujan y se muerden sin perder de vista los lazos que entretejen sus días, sobreviviendo la tensión implacable de un año a la deriva.


23 DE SEPTIEMBRE 2011. Tal vez esto pasó. Daniel y yo discutimos con Cristóbal sobre el video de "Me Gusta La Noche" de Adrianigual y sobre el disco "Arde Santiago" en general, sobre describir la ciudad propia, el poder de nuestra experiencia urbana y encontrarnos a nosotros mismos en nuestro arte popular. Tal cual ebrio predicador, como siempre, denuncio al arte aspiracional que sueña con otras tierras. Cristóbal no está de acuerdo y sostiene la pureza de la creación artística, sin compromiso alguno. Daniel menciona las estilizaciones de "plancha" de Dënver como una recuperación de una estética latina propia. Luis escucha todo atento y cita a Alex Anwandter, su nuevo artista favorito. No dice más, solo escucha. De fondo en el bar suena "El Baile De Los Que Sobran" de Los Prisioneros y mi cabeza se llena de aire y poco a poco la noche se vuelve un collage.


6 DE AGOSTO 2011. Luis está tirado en el escenario en Latino Rock al finalizar el concierto, con las mejillas húmedas, los dedos destrozados y mi camiseta de TGW envolviendo su torso. Pablo y yo estamos con la quijada en el suelo por lo que acaba de pasar. La vida de Luis no está bien, hay una pieza que falta o tal vez una que sobra, y ahora nada calza. Esta es la última vez que Manu y Jime van a tocar en la banda. Esta es la última vez que los Waldners van a tocar esas canciones. Algunas cosas solo salen mal en grande. Poco después Andre se va de viaje, Jime y Manu se van de la banda y Daniel y yo quedamos a cargo de un Luis cuyo corazón parece más una constelación que un planeta. La banda está muerta y empiezan las lluvias.
 
 
17 DE SEPTIEMBRE 2011. Luis y yo en la Sabana de picnic. Quiere a Tavo Quirós como bajista de la banda. No es por su impresionante talento, es algo en su ENERGÍA. Dice que no hay campo para el odio en los Waldners y Tavo es la persona perfecta. Conozco a Tavo desde el 2002, es un fragmento suelto del amor universal que toca el alma de quienes nos cruzamos en su paso, con una incondicionalidad escalofriante. Le doy la razón y nos compramos un copo. Sugiero reemplazar a Andre, cuya destacada vida académica y profesional requiere constante planificación alrededor de su disponibilidad. Luis me mira con infinita compasión y procede a explicarme como yo no sé nada de la vida. Una vez más tiene razón. Andre es indispensable, es obvio ¿cómo no lo vi? De golpe entiendo que Luis no está re-armando la banda, está creando una familia.


19 DE AGOSTO 2011. Luis, Daniel y yo sentados en la mesa de mi bisabuela en Sabana Sur, esperando el concierto de Monte y Robertas en el Lawrence Olivier unas horas después. Daniel tiene un plan, lo  puedo ver en su cara, tiene siete años de ser mi persona favorita y conozco esa mirada. Algo no me está diciendo. Sin advertencia saca el tema y expone su tesis, establece los puntos y me cede la palabra. Tejemos un ballet verbal de principios e idealismos, de lenguas madres y biografías. Luis abre los ojos poco a poco. Hay amor después del amor. Dejamos las latas vacías y salimos a la calle. En el concierto suena Ulises y las fichas terminan de acomodarse en la cabeza de Luis. Para el final de la noche Luis desecha todo el repertorio de la banda y empieza a escribir en español.


14 DE FEBRERO 2014. El lanzamiento del disco es en San Valentín en Area City, legendario semillero de la escena under capitalina. El dueño del lugar, César, es fan declarado de la banda y la recomienda constantemente. Es terriblemente halagador. El disco tardó un año grabándose y meses mezclándose. El lugar está a reventar y se venden todos los pines, camisetas y calcomanías que trajo la banda, coordinado impecablemente por Andre. Gente desconocida se sabe las canciones. Blogs de Argentina y España dicen cosas súper bonitas e imposibles. En la banda abundan las risas nerviosas y la incredulidad.


17 DE DICIEMBRE 2011. Estrenan un nuevo repertorio en su primera tarde como cuarteto. Ante la salida de los otros, Dani y Andre han dejado sus roles pasivos y la entrada de Tavo cambió el marco de referencia. Es otra banda. Luis lleva tres meses escupiendo canciones una tras otra. Yo culpo a Rosario Bléfari, porque si entrecerrás los ojos podés distinguir la mano de Porvenir de Suárez. A veces se ocupa que alguien de afuera, muy afuera, llegue y te señale el camino hacia vos mismo, hacia las cosas que te anclan y te  florecen. Yo culpo a los Waldners, su voz clara señalándome el camino, declarando que no importa perder, que ese puede ser mi segundo hogar... que está bien que esté enfadado y que no sea valiente. Hay una fuerza impresionante en la vulnerabilidad. Los siguientes años de mi vida los llenan de amor, pertenencia y aceptación. Vamos a tener aventuras, comer tonteras, recoger otros pasajeros en el camino y conversar en aceras en la madrugada. Si entrecerrás los ojos nos parecemos un poco, como una familia hecha de perros callejeros de diferentes razas, jugando y hurgando en las bolsas de basura ajenos a todo mientras pasan los carros.

f.