miércoles, 3 de junio de 2015
Perra Pop Presenta: Colornoise
1994: Estaba cursando undécimo en el Liceo Samuel Sáenz Flores. Ese año llegó un alumno nuevo desde Estados Unidos. Fuimos bastante cercanos, con una química instantánea desde el momento que nos conocimos; de esas cosas difícil de explicar de adolescente pero que uno entiende mejor al pasar el tiempo. Se llamaba Jesse, su papá era tico y su mamá era ecuatoriana. Llevaban muchos años afuera. Su padre al parecer era músico, baterista. Los rumores decían que se dedicó justamente a eso en el tiempo que estuvo lejos de Costa Rica y que hasta tocó sesiones para Phil Collins, lo cual sonaba increíble. Nunca confirmé si las historias eran ciertas o si eran leyenda, y nunca lo conocí ni lo ví tocar, pero si pude escuchar a Jesse tocar batería: educado musicalmente por su padre desde pequeño, Jesse era un prodigio. Su primera banda fue con grupo de compañeros de nuestra generación del cole, entre ellos Mauricio Herrera, que luego adquiriría fama como "el Elvis Tico", engalanando la portada de la Teleguía y hasta saliendo fugazmente en American Idol.
Una vez fui a su casa con otros compañeros para un trabajo grupal. Era una casa bien limpia y amplia, y con mucho movimiento gracias a su numerosa familia. Fui de inmediato hacia la esquina donde su padre tenía sus discos -una colección impecable de rock clásico- y me senté a escuchar todo lo que podía mientras la otra gente discutía y hacía el trabajo. Al poco tiempo de estar ahí sentado, llegaron dos de sus hermanas: una que tenía alrededor de diez años y otra que estaba como en primer grado; se sentaron a pedir música específica y a contarme cuales eran sus favoritas, la mayoría elegidas de una colección de discos editada por la Time-Life. Sonó White Rabbit, de Jefferson Airplane. Sonó Downtown de Petula Clark. Jesse y yo perdimos contacto después de graduarnos. Los dos abandonamos Heredia y nos dirigimos hacia otros lugares.
2010: Una semana antes de Halloween estoy pasando canales, están dando MXI en Canal 15, el de la UCR. Hay dos muchachas de muy mal humor dando una entrevista. Debutaron hace unos meses en un evento de Radio Hit. Están dentro del estudio de televisión y tienen lentes oscuros puestos. Detesto los lentes oscuros en la gente cuando están dando una entrevista en la tele. Me pongo defensivo. Ellas, curiosamente, también están defensivas a través de toda la entrevista. Nuestras actitudes de mierda no hacen click para nada. Ellas en el tele, yo en mi apartamento. Para cuando suena su música ya es demasiado tarde, ya decidí que las odio. Me quejo de todo, desde las influencias que citan hasta los títulos de sus canciones. Nada bueno se puede rescatar de esta historia.
2003:
Fo: "que bueno este chamaco... ¿Trika, es?"
Abidán: "si, mae, super bueno el chiquillo. el mae es de una familia de músicos"
Fo: "¿bateristas todos?
Abidán: "de todo un poco. viera la prima de este mae, uff. pero diay, no le gusta el punk..."
2014: Estoy en primera fila en el Steinvorth, poniendo música entre bandas para un concierto de No Joy, banda gringa de shoegaze. Daniel Ortuño me dijo hace unos días "¿no ha escuchado a Colornoise recientemente? están haciendo cosas inesperadas ¿ha escuchado los DJ sets de Alison en el Hox? parece que hay un montón de esas influencias en todo". Tomo muy en serio cualquier cosa que Daniel me diga. Se sube a tocar Colonoise y ya no son un dúo, si no un trío. La nueva se llama Mari Navarro. Parece muy joven y delicada, pero no es nada frágil. Parece una guerrera hecha de madera de pino y hierro sin pulir. Toca guitarra, secuencias, teclados. De repente la reconozco ¡es la baterista de Aifon! El sonido de la banda se ha enriquecido mucho y la composición se ha vuelto ambiciosa. Más allá del poderoso espectáculo que siempre dan, las canciones nuevas tienen capas sutiles de arreglos y detalles modernos. Colornoise siempre fue el tipo de banda que cada seis meses sonaba marcadamente mejor, pero era un crecimiento sostenido y constante, nada violento... pero esto trasciende esos pasos evolutivos ¡Están a punto de comerse el mundo!
2012: Nochebuena. Mi tío me presenta a su amigo Ronald, que tiene una licorera en Santa Lucía de Heredia. Estamos ahí comprando refuerzos para la noche, porque llegaron invitados de forma inesperada a la fiesta familiar navideña (¡mi prima vino al país con su nuevo esposo sin avisar!). Ronald es un comprometido fan del Club Sport Herediano, cosa que mi tío también me inculcó desde que yo estaba pequeño. Los elementos que yo rescato de la masculinidad clásica están todos basados en lo que aprendí de mi tío creciendo -en contraste, mi papá era un hombre menos arquetípico- y acá estamos juntos, comprando guaro en Nochebuena hablando de fútbol. Le tomo una foto a un recorte de periódico que está pegado detrás del mostrador, donde sale Ronald en el estadio con su hija menor. Me parece un tipo fantástico. Mi tío -una de las figuras masculinas determinantes en mi vida- lo conoce de toda la vida. Me habla de él con mucho afecto y dice que este su lugar favorito para comprar birras, que siempre se siente bienvenido. Se despiden con ese ritual escandaloso que usamos los hombres para disimular el cariño que nos tenemos. Subo la foto a mi Facebook sin explicar nada, pero este momento con mi tío es mi momento favorito de esta Navidad.
2011: Llego al aparta y está Lores -mi maravillosa hermana adoptiva- recibiendo visitas. Me encanta cuando Lores recibe visitas porque siento que se está apropiando de los espacios del apartamento y que ya no se siente como una invitada. Son dos muchachas jóvenes, tal vez mayores que ella. Están en la mesa del comedor tomando café y conversando tranquilamente. Son un par de criaturas de sportsbook, entre nosotros nos reconocemos. Se nota que son muy sensibles, pero duras, que nada ha sido gratis. Tardo unos instantes en reconocerlas: son las maes de los lentes oscuros de la tele. En este instante no están para nada defensivas y tienen sus ojos visibles y una mirada totalmente transparente. Una es ruidosa y de opiniones fuertes con una risa generosa, se llama Sonya, es guitarrista. La otra es dulce pero ruda, silenciosa pero con mucha chispa y actitud, se llama Alison, es baterista. Hablamos un rato, eventualmente les cuento de esa vez en la tele y de mis opiniones sobre su presentación. Me explican cosas que no tienen por qué explicarme. Se muestran vulnerables y me dan detalles de sus vidas y sus experiencias como creadoras. Me describen lo que han vivido y me toca re-calibrar mi perspectiva. Sonya agrega que se sienten aisladas dentro de la escena, que no pertenecen y que no han experimentado la legendaria solidaridad del rock nacional de su generación. Yo, por supuesto, he tenido una experiencia diferente, pero ha pasado tanto tiempo que he olvidado lo que se siente ser nuevo y estar tratando de entrar a este mundo. Escucho a Sonya con atención y termino entendiendo muchísimo sobre como se ve todo esto desde afuera. Me hablan de su disco debut, me hablan de estar trabajando con Tomás -con Autómata-, y como él ha sido la única persona en tenderles la mano. Cuando nos despedimos me doy cuenta que nunca más seremos desconocidos.
2013: Mi tío me llama. Tiene que pedirme un favor, algo que nunca sucede. Le debo muchísimo y no tardo en decirle que cualquier cosa que ocupe, la tiene. Dice que él sabe que yo conozco muchas bandas y que tengo muchos contactos. Me pregunta si conozco gente que ha tocado afuera recientemente. Me explica que su amigo Ronald ("¿te acordás? ¿el de la licorera?") tiene una hija llamada Alison que es baterista y que su banda está a punto de hacer una gira por diferentes países, y requiere de gente que ha tenido esa experiencia para que les aclaren dudas. Su amigo Ronald era un talento, me cuenta, y se fue a buscar fortuna al norte como baterista porque acá había tocado techo. "Es buenísimo ese mae. La cosa es que él tiene un hijo que también es músico, Jesse, pero ese mae se ha dedicado más a lo que es grabar y mezclar bandas, entonces es otra vara". Me dice que si puedo ponerlas en contacto con alguien para que les ayude. Tengo un contacto ideal y me comprometo a comunicarme con ellas lo antes posible. Cuelgo el teléfono y no puedo creer como todos los hilos se van enhebrando poco a poco creando este tapiz que es nuestra vida.
Colornoise - Indoors (sencillo) (2010)
Colornoise - Fake Apocalypse (2011)
Colornoise - Time (sencillo) (2012)
Colornoise - Polychronic (2013)
Colornoise - Amalie (sencillo) (2015)
Colornoise en Soundcloud.
Colornoise en Bandcamp.
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2 comentarios:
Textazo y bandota
Que buena historia, esto es lo que me encanta de la música nacional esas historias
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