jueves, 18 de junio de 2015

Perra Pop Presenta: Camelolloide


A pesar de crecer en Heredia y vivir gran parte de mi vida en San José, siempre he sentido una conexión muy fuerte hacia los pueblos de Occidente. Mi bisabuelo José Gamboa -abuelo paterno de mi madre- nació en San Ramón en el seno de una familia de educadoras y partió a trabajar en la Mina de los Tres Hermanos en Abangares para luego asentarse en Heredia con sus hermanas maestras y construir su fosforera. Mi abuelo paterno Jesús León nació en Atenas y se fue a San José a dedicarse a la nueva industria de la reparación de automóviles a principios del Siglo XX. Las vacaciones escolares de mi padre están repletos de imágenes de los campos fértiles de Atenas, y de niño me llevó a visitar para contarme sobre sus veranos. Cada vez que podía me presentaba a algún pariente longevo que me ilustraba estas historias de un niño pelirrojo que llegaba con los vientos alisios.

En 1913 la Municipalidad de San Ramón impulsó ante el Congreso un proyecto que pretendía formar una provincia con su territorio y el de los cantones de Palmares, Naranjo y algunas áreas que ahora pertenecen a San Carlos. Hubo protestas de muchos sectores y se quiso convocar a un plebiscito para que el pueblo soberano decidiera. Finalmente el plan fue desechado, pero quedó constancia de que esta población se sentía merecedora de autonomía, que querían soberanía para resolver sus propios problemas con sus propios presupuestos y de que le sobraba iniciativa para exigir cambios ante el poder centralizado de la capital y las cabeceras de las cuatro provincias del Valle Central.

En 1918, durante la dictadura de los Tinoco, San Ramón, Naranjo y Palmares fueron de los escasos pueblos en alzarse en armas y rechazar categóricamente el Gobierno ilegítimo que había sido impuesto en elecciones postizas mono-partidistas después del Golpe de Estado. Pagaron un precio alto por su insurrección, pero inspiraron a los rebeldes y atizaron el fuego del rechazo popular en San José, que crearía una situación tan volátil en la capital que obligaría a Tinoco a dejar el poder y huir del país.

En 1948 se ubicó el Frente Norte del Ejército de Liberación Nacional en Occidente. Ese sería el segundo frente de los revolucionarios durante la Guerra Civil. Inspirados, entre otras cosas, por el asesinato del Dr. Carlos Luis Valverde Vega en manos de sicarios patrocinados por el Estado, el levantamiento se hizo en busca de justicia y un proceso electoral transparente. Actualmente el cantón donde se encuentra Sarchí lleva el nombre del buen doctor.

En el 2012, ante la decisión del Gobierno de concesionar la esencial autopista a San Ramón a una empresa extranjera con un alto costo económico y de soberanía para los pueblos de la región, Occidente se levantó con una sola voz y de forma pacífica, coordinada y unida exigió un cambio de dirección y logró sentar un precedente histórico en la forma en la que se puede desarrollar la obra pública en nuestro país.

Nunca subestimen a los pueblos de Occidente. Es gente que logra cosas y suelen estar adelantados a la curva.


En Costa Rica siempre hemos tenido destacados músicos de todas partes del país, y en específico hemos tenido músicos increíbles de rock que originaron en Occidente, como los legendarios Hermanos Vargas. A pesar de esto, se enfoca toda la atención en la Gran Area Metropolitana (¡ni siquiera en todo el Valle Central!), con particular obsesión con el centro de San José. Si las bandas quieren lograr algo de atención de los medios nacionales, tienen que hacer el peregrinaje hacia el centro. Esa fue la historia de Seka (Turrialba), Exnobia (Zarcero), Demorama (Puntarenas) y de iO (Grecia), por mencionar algunas bandas de los últimos veinte años.

¿Qué es lo que frena el crecimiento libre y saludable de las escenas de rock fuera de la GAM? Podemos teorizar que la densidad de la población juega un rol determinante en poder desarrollar y sostener una escena musical. Si tenés suficiente gente, entonces tenés más chance de que alguien encuentre tu trabajo como algo interesante y digno de apoyar. Por otro lado, no podemos ignorar que esta densidad poblacional afecta directamente el interés del Estado en invertir y promover a los músicos locales. Si no hay suficientes electores en un evento, es tirar la plata por la ventana. Por eso los FIA son tan efectivos como instrumentos políticos: podés regalarle una experiencia positiva a muchísima gente con una inversión modesta y luego usar esto como palanca para que voten de nuevo por vos. Por eso Enamorate De Tu Ciudad se hace con fondos estatales y no municipales... y la ciudad de la que están hablando es estrictamente San José. No Liberia. No San Ramón. No Limón. San José, con su millón y pico de habitantes. El resto que se joda.

En contraste al abandono que sufren las regiones lejanas a San José, tienen de los públicos más entusiastas y genuinamente interesados en el arte que he conocido. Me acuerdo la primera vez que participé en un concierto de rock alternativo fuera de la GAM -en el 2004 con ESimple, Cabuya y Sintagma en San Marcos de Tarrazú- y fue iluminante. La gente era curiosa y cálida. Participaban de lleno en los eventos, se dejaban conmover por la música y no tenían distancias irónicas hacia las cosas que disfrutaban. Eran transparentes, honestos y hacían que cualquier espacio se sintiera íntimo y personal. Acostumbrado a la frialdad de los conciertos josefinos y a la torpe de necesidad de vernos cool y cínicos que mostramos como público -"ay, que pena pararse frente a la tarima ¡zafo!"-, esto fue realmente aleccionador. Me di cuenta que estábamos haciendo todo mal y que había mucho que aprender lejos de la capital.


Hace mucho tiempo en Occidente dejaron de joderse la vida esperando que alguien llegara a salvarlos o a notarlos. Ya hace más de diez años bandas como Exnobia -de mis bandas favoritas de la vida y creo que de las mejores bandas que ha tenido Costa Rica- dejaron muy claro que sus pueblos son terrenos fértiles para el desarrollo del talento y la creación de arte sofisticado absolutamente contemporáneo, y que además eran capaces de organizar mini-festivales auto-gestionados, sin patrocinios estatales ni de marcas masivas.

No obstante, la ausencia de continuidad seguía entrabando el desarrollo fluido de una comunidad sólida y constante, pero eso poco a poco fue cambiando. Antes faltaba organización agresiva, y ambición en la logística y la convocatoria, pero de un tiempo para acá se dieron cuenta de las fortalezas de su escena en contraste a lo que sucede en la GAM y empezaron a pensar en una escala proporcional a su talento. Muchos negocios han apoyado la iniciativa y han cerrado filas con esta generación de gestores y productores, que han logrado crear las condiciones para un crecimiento sostenido del arte local.


Llevo unos meses escuchando a varias bandas de la camada actual de Occidente, bandas de Grecia, Sarchí, Palmares y Zarcero. Hay muchísimo talento y perspectivas frescas. Hay muchísima energía y competitividad sana. Es refrescante el escuchar tanto material que ha sido moldeado y pulido por influencias tan diferentes a las que dominan la escena alternativa capitalina, pero que a la vez comparten muchísimo del bagaje cultural y elementos claves de identidad. De todas estas bandas las que más duro me golpeó fue Camelolloide.

Camelolloide no es necesariamente la mejor de todas, ni la más destacada, pero si fue la que más me afectó personalmente. Hay algo en su sutileza y su inmediatez, en la dosis controlada de blues y psicodelia que me recuerda lugares olvidados de mi adolescencia y mi infancia, pero no a bandas específicas, si no que me evoca un sensación de algo importante perdido. Su juego de voces suaves y sugerente, sus letras orgánicas, las atmósferas musicales opresivas, su percusión amenazante... todo funciona. Cuando el super-legítimo Kevin León me pasó las grabaciones de la banda creo que no tenía la menor idea de lo que me estaba haciendo.

La banda nació en el 2009, pero no debutó hasta el 16 de diciembre, 2012 después de un largo proceso gestativo. Sus miembros son Randall Salazar (Katerva) en la guitarra y voz, David "Negro" Carmona en el bajo y coros, Luis Roberto Castro en la batería y voz, y César Andrés Paniagua (El Valle Sound Machine) en la guitarra y voz. Algunos de ellos han tenido roles como gestores culturales, productores y promotores de eventos en su escena local, porque el rock y el amor al arte nos vuelve multifuncionales sin excepción.

Hay algo importante pasando en Occidente. Poco a poco más bandas están visitando la capital y trayendo con ellas un entusiasmo y una actitud que a veces siento que hemos perdido en San José, y ahora bandas "del centro" se están esforzando en ir a tocar allá para contagiarse de una energía y una ética que es vital para que demos el siguiente paso como una colectividad de artistas, productores y gestores costarricenses que somos. Es necesario un cambio de perspectiva para poder surgir y volvernos sostenibles y reducir la frustración que causa el vivir -intencionalmente- en un espacio tan cerrado y con un público tan limitado. Tenemos que empezar por admitir que lo que llamamos "la escena de rock alternativo nacional" hasta el momento se ha caracterizado por ser la escena de "rock alternativo exclusivamente de la GAM" y que hay dar pasos ambiciosos y serios por integrarnos a lo que sucede en el resto del país de la misma forma en que las bandas de Occidente no titubean en tener su escena propia y venir a visitar nuestros escenarios josefinos constantemente. Hay que integrarnos a Costa Rica.

Hay que volver la mirada a Occidente en silencio, hay que escuchar. Hay que prestar mucha atención...

Camelolloide - Camelolloide (2013)
Camelolloide - Lady B (demo) (2015)
Camelolloide - Hola Calle Estadio Chill & Love Sessions (en vivo) (2015)

Camelolloide en Soundcloud.

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