miércoles, 27 de mayo de 2015

Perra Pop Presenta: Aifon


A simple vista Aifon es un proyecto reciente con una banda extensa, una multitud con una muy corta vida. La banda: Gustavo Quirós en la voz y guitarra (Los Waldners), Ileana Sáenz en la guitarra, Ivannia Morales (The Electric Creatures) en el sax, Mariel Vargas (The Electric Creatures) en el bajo, Lina Jiménez en el teclado y Mari Navarro (Colornoise, Punto Konfliktivo) en la batería. Debutaron en el cuarto Folk Collective, en el Sótano/Amón Solar en Octubre 2014. Se formaron apresuradamente un mes antes. Su alienación se lee como un derroche de talento.

La pregunta es ¿cómo una banda con tanto personal logra montar un set en tan solo un mes?

En este caso la respuesta más obvia es probablemente la más cierta. Aifon no fue una banda que nació de un proceso creativo extenso, ni era un grupo de compas que se reunían regularmente a jammear a ver que salía. No. Aifon nació de la mente inquieta de Tavo Quirós hace muchos años, donde se fue marinando y marinando hasta que una fuerza externa lo obligó a salir, como suele suceder con los más tímidos. La primera vez que Aifon entró como banda a una sala de ensayo, ya existía un guión pre-determinado para cada instrumento, ya existía un espacio cuidadosamente diseñado, imaginado, para que se movieran sin chocar entre sí. El reunir gente tan talentosa con un propósito tan claro fue una movida ambiciosa, hacerlo en tan poco tiempo era descabellado.

Entonces la pregunta es ¿quién es Tavo Quirós?


Tavo es una de esas fuerzas elementales de la escena musical local. Un alma sensible con un humor tierno y una creatividad constante e inquieta. Ha tenido roles diversos -bastante visibles- dentro de la movida alternativa, y dentro de la vida nocturna capitalina. Fue de los primeros DJs de planta de La Esquina de Mario Miranda cuando recién abrió. También tuvo un rol importante en el Hoxton, primero como DJ en su primer local y luego como Administrador en su segundo espacio. También formó parte de un núcleo de músicos que participaron en una serie de tributos a bandas de rock extranjeras, que tuvieron un éxito de taquilla bastante notable. Sin embargo ninguno de estos puntos en su currículum explican el rol que ha tenido Tavo dentro de la escena rockera local, son meramente un acompañamiento a una carrera brillante y colorida.

Creo que uno puede ver la evolución del rock alternativo costarricense de este milenio a través de la actividad de Tavo. Los últimos quince años lo han atrapado trabajando en proyectos que encapsulan el espíritu de cada momento, de cada instante de este crecimiento. Es bastante impactante la modestia que muestra cuando uno le señala todos los años de actividad frenética y constante que ha acumulado, y cómo ha dejado atrás a muchísimos músicos de su generación y generaciones posteriores. Siempre trabajando, siempre con el oído atento a sonidos nuevos, siempre dispuesto a ayudar a alguien que viene empezando. Puedo contar con que si hay algo importante que deba escuchar, voy a recibirlo en un mensaje de él en algún momento. Siempre renovado, pendiente, filoso.


La primera banda que donde escuché a Tavo tocando se llamaba Elemento. Era una banda de rock pesado alternativo con influencias tipo Perfect Circle y Faith No More, con un vocalista obsesionado con Nino Bravo y un célebre baterista que todo el mundo consideraba el arma secreta. Era una banda poblada de personalidades alfa, mucho ego y muchísimo talento. En medio de ese remolino estaba Tavo, callado y simpático. Sobresalía de entrada por su dulzura y su entusiasmo. Por sus chistes auto-flagelantes. Por su conocimiento enciclopédico y diverso de música alternativa. Nos conocimos primero a través de un foro de rock nacional en internet -que era lo que todos los fans y músicos frecuentábamos antes de que las redes sociales se consolidaran- y luego en persona. Estábamos organizando un concierto juntos de ESimple con Elemento -concierto donde conocí a Mario Miranda en la peor situación posible, pero esa es otra historia-, yo en mi rol de manager y él como bajista. A partir de ahí sostendríamos charlas esporádicas al toparnos alrededor de los bares de la California y chatearíamos otro tanto por Messenger.

No estoy seguro si Elemento dejó algo grabado. Sospecho que no y creo que es una negligencia criminal, no sólo por lo buena que era esa banda, si no porque creo que en unos años la obra de Tavo recibirá mucha atención y es una cagada que no tengamos evidencia de sus comienzos. Aprovecho este instante para contarle al mundo entero que una vez estaba sentado tomando birras con Abidán Moraga, haciendo una lista de las músicos más importantes de cada banda que estaba activa en la escena durante el principio de los 2000 y al llegar a Elemento le dije "Tavo Quirós, ese mae tiene algo pasando que no es usual, ve cosas que otra gente no está viendo". Y agregué: "cuando empiecen a colapsar las bandas y se vayan reuniendo los músicos que sobreviven en otras combinaciones, este mae es de los que va a surgir" y tuve razón, nada más no sabía que iba a dar un giro tan impresionante.


Durante el tiempo que Tavo está de DJ en La Esquina, tiene un reencuentro con la música alternativa que escuchó de niño, específicamente Morrisey. Aparte de eso, cosas nuevas que empezaban a sonar como Interpol y Placebo fueron dejando su huella y se entrega a ellas totalmente. Nada de esto sonaba como Elemento ni era influencias que podía trasladar ahí. Al desaparecer Elemento, Tavo participa con músicos de otras bandas de rock fragmentadas en tributos a bandas como Stone Temple Pilots y Foo Fighters. Esos conciertos de covers que fueron inmensamente populares -y que durante un par de años se adueñaron de los escenarios grandes y de mucho del talento local- tampoco sirven para canalizar su creatividad, pero en ellos encuentra los miembros de su nueva banda: la increíblemente popular Keep The Gap.

Keep The Gap fue un experimento exitoso que provino del más inesperado de lugares. La sección rítmica de la banda (Tavo y Rodri Chaverri) provenía de bandas de rock pesado, la otra mitad (Adrián y Michi Pauly) eran ex-miembros de Cabuya, una banda de pop con fuertes influencias de reggae y funk. Lo que crearon no era ninguna de las dos. Keep the Gap era una banda de alternativo bastante moderno, con bajos post-punk de Tavo y fuertes influencias de Fiona Apple y Regina Spektor en las vocales y piano. La combinación fue muy efectiva, tocaron en salones repletos y en conciertos internacionales. Hasta el día de hoy considero que "I Forgot" es una de las joyas pop más perfectamente escritas y ejecutadas del rock nacional; entre el 2007 y 2009 que trabajé en Area City como DJ la programé incansablemente.


Al principio Tavo está increíblemente entusiasmado con poder perseguir su musa y buscar el sonido que ha soñado por años, pero poco a poco -por pura química natural- la banda se va alejando de esto y encontrando su zona de comfort lejos de ahí, en espacios más pausados y elaborados. Al mismo tiempo Tavo se va empapando de la nueva ola de folk que viene de Norteamérica y esto lo pone a componer de nuevo; comprendiendo que su banda no es el espacio ideal para estos descubrimientos, empieza a trabajarlos por aparte, a solas. Un colaborador por excelencia, Tavo sabe escoger bien sus batallas.

Fue por esos años que escuché por primera vez lo que se convertiría en Aifon. Estábamos sentados en algún lugar y Tavo andaba unas grabaciones caseras que quería que escuchara; mi memoria insiste que fue en La Sabana pero Tavo luego me aclaró que fue en Yellow Submarine. Me pongo los audífonos y escucho unos trabajos complejos de mandolina y otros instrumentos acústicos. Al parecer los venía trabajando desde hace rato y se había enseñado a tocar instrumentos nuevos buscando el sonido que tenía en su cabeza. Me pareció encantador, pero también me pareció obsesivo y loco y algo genial.


Para el momento en que explota la nueva generación de bandas alrededor del Lobo Estepario en el 2010, la banda Tavo estaba lejos de ahí, ocupando escenarios más grandes y sofisticados. No obstante Tavo asistía regularmente a los conciertos en el Lobo y le seguía la pista a sus bandas. Tal era su compromiso con esa movida que estuvo a cargo del proceso de pre-producción del primer disco de The Great Wilderness. Este detalle podría no ser tan significativo, pero fue un detalle que fue decisivo para su siguiente movida.

Eventualmente Tavo cumple su ciclo en Keep The Gap y sigue adelante. Durante un tiempo muy breve tuvo planes, sus ideas inconclusas a punto de cuajar, pensando como armar una banda y tocar sus canciones. Sin embargo, cuando Los Waldners buscaron un bajista nuevo, fue el primero en la lista. Su trabajo previo con TGW era recordado con afecto por Andrea San Gil, ex-baterista de esa banda y ahora baterista en Los Waldners; además ese primer disco había sido grabado por Daniel Ortuño, quien era guitarrista de Los Waldners y admirador de su trabajo en el bajo. Como si fuera poco, Luis Carballo -el vocalista- encontraba que su actitud y su energía era justamente el tipo de energía que quería tener en su vida. Fue un matrimonio perfecto. Paralelo a esto, Tavo ocupa por períodos intermitentes la posición de bajista en The Great Wilderness para giras internacionales, algunos conciertos y grabaciones, profundizando su relación como complemento creativo de Paola Rogue -a quien ahora asiste en su proyecto solista-. La libertad creativa de Los Waldners y el espíritu libre y vulnerable de esta banda le permitieron florecer y validarse creativamente; igual su experiencia con TGW le ayuda a entender su destreza como colaborador. Era el momento de algo más.


El trabajo creativo de Tavo era un secreto a voces. Todo el mundo sabía que tenía material desde hace años y que no se animaba a sacarlo. Entra en escena Milo Bekins, el jóven productor de los eventos Folk Collective. Milo está siempre en busca de bandas nuevas para sus eventos y le pregunta a Tavo por su material; lo anima a subirse en tarima y tocarlas en vivo para el siguiente concierto. Tavo acepta. Como Tavo es un absoluto demente, decide que la única -repito: única- forma de ejecutar este material es con una banda de seis integrantes que incluya un saxofón, dos guitarras, un bajo, un teclado y percusión. Cuando me comentó su idea yo le dije que estaba absolutamente loco, que era imposible y que mejor ni lo intentara porque entonces nunca iba a poder concretar nada e iba a seguir toda la vida con ese material guardado. Ja. Claramente no contaba con su ética laboral ni el poder de su dulzura.

Acá es donde entramos a una de las áreas más particulares de Tavo: su dulzura y su nobleza. Tavo es el tipo de hombre que tiene amigas que confían y cuentan con él, que saben que pueden sentirse seguras y respetadas a su lado. Este detalle no es nada ligero cuando estamos hablando de hombres latinos. No es alguien que genere desconfianza ni amargura. Es el apoyo y la constante de mucha gente. Un amigo infatigable y comprometido. No es víctima de discursos tóxicos de masculinidad trasnochada. Es sensible y abierto. El mejor ejemplo del tipo de persona que es el siguiente: faltando un mes para su concierto, decide llamar a cinco de sus amigas, todas músicas, y pedirles que le hagan el favor de montar sus canciones con él y que formen una banda. Cinco personas, todas talentosas y algunas muy experimentadas, que saben lo imposible que es una tarea como esa. Logra convencer a cinco personas -independientes, pensantes, conscientes- de embarcarse en una aventura como esa solo con el poder de su carisma y su energía. Lo hacen por él, porque confían en el, lo hacen por que creen en él y saben que merece su respaldo y su tiempo.

No conozco a NADIE que pueda lograr eso.


Faltando unos días para su concierto debut saca una una grabación impecable de un ensayo de su banda nueva, bautizada Aifon, siguiendo el patrón típico de su humor defensivo donde las cosas nunca se toman tan en serio. El talento de la banda es envidiable. La música es de todo menos juguetona. Es frágil y nostálgica, igual que la portada de su disco. El disco está impregnado por un vacío, por un anhelo de lugares lejanos y distantes. Nada de ese disco habla del lugar donde está si no solo extiende su mirada y estira sus manos a tierras distantes, idealizadas, como si fueran las versiones de ciudades que uno crea en su cabeza cuando uno ve fotos viejas... separadas por tiempo, geografía y contexto. Esas cuatro canciones de Aifon -todas joyas melódicas con arreglos impecables- son como una gran negación de un momento, son como un hueco en la panza, el reflejo de la realidad en el agua de un lago, el lugar donde uno va cuando la tristeza cubre todo y uno está hecho un puño en su cuarto pensando en un lugar ideal. Es un mundo ajeno y distante. Una aspiración trágica que inunda todo.

Próximamente Aifon sacará su disco debut. Escuché hace poco las maquetas y me emocioné mucho. Ha sido un largo camino para llegar acá, para llegar a él mismo. Me conmueve la lealtad que inspira, la forma en que todo el mundo se mueve para que él pueda llegar a ese lugar donde sabemos que pertenece. Me pregunto a veces si él lo ve, si ve las olas de amor que se dirigen constantemente en su dirección. Quiero ese disco, quiero sentarme a escucharlo echado en el piso, pensando en ese mundo interior que tiene, en esos espacios mágicos y distantes que describe con su música.


Aifon - Demo (2014)

Aifon en Soundcloud.


martes, 26 de mayo de 2015

Perra Pop Presenta: Paola Rogue


La primera vez que la escuché tocar no supe quien era. Era una chiquilla jugando a grande, metida en Tribal -el legendario bar en Barrio La California-, tocando en el debut de su banda grunge. Era el 2004 y Pao no tenía cédula. En la misma banda tocaba Monserrat Vargas, su cómplice perenne. El grunge cuesta que me impacte, viví su boom en el mainstream mundial durante mi adolescencia y creo que dijo todo lo que tenía que decir. Las bandas nuevas de grunge después del '95 me parecen ejercicios tercos en nostalgia. Después de ellas, se subió UFO, razón por la cual estaba ahí; en su set tocaron un par de piezas de Adrián Poveda que luego serían parte del repertorio de Continental. Era un día histórico por muchas razones, supongo. Me llevé de esa noche la emoción por las canciones de Adrián y la notable presencia de Pao y Monse durante su set. Algo había ahí.


Alguna vez existió una banda llamada Psicodelisca. Tocaban un híbrido inusual entre ska, punk, alternativo noventero y metal galopante. Psicodelisca estaba encabezada por Felixxxia en las vocales y Víctor Acuña en el bajo, y estaba complementada por Sergio Guillén y Daniel Ortuño en las guitarras y Sergio Lin en la batera. Al terminar Psicodelisca su ciclo, Felixxxia puso a Víctor en contacto con Pao, que estaba tratando de armar una banda. A Andrea San Gil la conoció en persona el día del primer ensayo, luego de que G2 (Gabriel Gurdián) le pasara su contacto. Así nació Minerva, que se pasaría a llamar Lolita Piñata con la entrada de Sergio después de tres conciertos, quedando el line-up de la siguiente manera: Pao en vocales y guitarra, Víctor en el bajo, Sergio Guillén en la guitarra y Andrea San Gil en la batería. Lolita Piñata. Así llegaron al mundo.


La llegada de Lolita Piñata -nombre que odié por considerarlo políticamente inapropiado, incorrecto, escandaloso y provocativo... por ende brillante y el mejor tipo de Pop posible, aunque me chime- se anunció con un mar de afiches insuperables creados por Ariel Arburola. No se podía tomar una cerveza en paz sin tener que aguantarse alguno de estas creaciones brillantes adornando algún poste en la Cali. Yo diseñaba afiches y creía que era buenísimo, hasta arriesgado. Fue una tortura darme cuenta que era conservador y aburrido, totalmente carente de imaginación y que debería dedicarme a otra cosa. Gracias, Ariel.


La primera vez que escuché a Lolita -en un concierto en el Cuartel en el 2007- aun estaban inmersos en las influencias que Pao cargaba de su adolescencia. Su voz aun muy apegada a los manerismos de Kurt Cobain y Courtney Love. No lo entendí. Lo que hacían no era para mí. No obstante, algo estaba pasando. Ya estaba familiarizado con el inmenso talento de Víctor y Sergio, pero era la primera vez que me topaba con el estilo único de Pao de tocar guitarra y con la -aun cruda, sin pulir- composición inteligente y efectiva de Andrea. Eran versiones primitivas de lo que serían tres años después, pero todo estaba ahí desde el principio, clarísimo.


Meses después estaba en el carro de Daniel Ortuño y me puso una grabación de un ensayo de Lolita. La voz empezaba a encontrar su propio estilo y sonaba menos lastimera. La guitarra la podía escuchar con total claridad y no podía creerlo: tenía unos instintos melódicos asombrosos y un uso astuto de la distorsión. Sentí que desperdiciaban muchas oportunidades armónicas, muchos ganchos potenciales desperdigados, pero el talento estaba ahí. La parte más compleja estaba resuelta. Me chocaba que cantaran en inglés, pero uno tiene que aprender a escoger sus batallas.


Me la topé jugando pool con unos amigos en común en Bahamas, en la California, a finales de Junio del 2007. Le mencioné que era fan de como tocaba guitarra y nos pusimos a conversar. Ella estaba pasando un mal momento y se sentía bastante aislada en general. Resultó que vivíamos en el mismo barrio y rápidamente empezamos a construir una amistad. Los malos tiempos como vinieron, se fueron. Después de una serie de eventos bastante improbables y asombrosos, se pasó a vivir a un apartamento que quedaba cruzando la calle de donde estaba ubicado el mío y nos hicimos muy cercanos. Los malos tiempos, por supuesto, no tardaron en volver.


Ese Junio del 2008 crecimos muchísimo juntos. Ella estaba sacando su primer disco con Lolita, probando colores distintos en su cabello, conociendo gente nueva. Yo estaba iniciando una relación, entrando en terapia, llorando una muerte. Ella estaba pagando sus primeros alquileres, escuchando música nueva y acordándose de bailar. Yo estaba re-definiendo mis lealtades, exorcizando demonios y re-descubriendo a mi familia. Comimos pollo frito, pizza y helados. Tomamos vodka. Muchas veces todo al mismo tiempo. Mi hermano y mi madre la adoptaron. Me presentó a Andrea San Gil, que es algo que no sé como pagarle. Se hizo amiga de mis amigos y yo me hice amigo de sus amigas. Y nos reímos. Nos reímos MUCHO -esto es algo que me gustaría resaltar. Pao la artista no es nada como Pao la persona. La persona es torpe, tímida y una geek consumada que se pasa riendo de todo. Se ríe mucho y hace chistes constantemente-.


Las cosas malas y las cosas buenas, nada permanece por igual. Pao eventualmente se fue a vivir a otro lugar, con una valija llena de esperanzas y planes y promesas. Yo me quedé en el barrio, con una idea decidida de lo que mi vida debía ser -producto de la primera fase de mi terapia-, pensando en todas las cosas que pensaba que quería y como llegar a ellas. Acto seguido: muchas malas decisiones. Intentando crecer, crecí hacia los lugares equivocados por no saber quien era y cuales eran realmente mis sueños y prioridades. Me alejé un poco de la música. En retrospectiva ahora entiendo que era normal que buscara el tipo de vida que yo pensaba que se esperaba de mí; lo que falló era que antes de tomar decisiones debí esperar a terminar el ciclo, desprenderme de las expectativas ajenas -a pesar de mi capacidad para cumplirlas- y descubrir cuales realmente eran las propias. Eventualmente lo hice, pero en este momento estaba atravesando las peores consecuencias de mi impulsividad. Pao y yo no hablamos durante ese tiempo, ella no tenía como saberlo. Mientras tanto ella estuvo ocupada. Formó Jackie Oh con Andre y Monse, que luego se convirtió en The Great Wilderness al entrar Jime Torres. Jime venía recién salida de Las Robertas, donde fue miembra fundadora y compositora de la candente Damn '92.


El primer disco de TGW salió un Junio del 2010, grabado y mezclado por Daniel Ortuño y Rónald Bustamante. El concierto de lanzamiento fue en el Giratablas. Llegué temprano, en un momento en que casi no iba a conciertos y conocí a Jime y a Luis Carballo, quedando impactado por su energía y dulzura. Pasé mientras hacían prueba de sonido. Escuché un par de canciones en la prueba y me fui sin despedir con una copia del disco guardada en mi chaqueta. Luego llegué a casa y lo dejé por ahí.


Un mes después ese disco era lo único que me mantenía funcional, mi tanque de oxígeno cuando nada más tenía sentido en mi vida. Los malos tiempos van y vienen, y en mi caso habían vuelto. Mi vida estaba de cabeza y esas cinco canciones eran un norte magnético. Ocupaba re-inventarme y volver a mi centro, a mi lugar de poder y equilibrio. Llevaba más de un año sin ir a conciertos regularmente -uno de tantos cambios que permití que me envolvieran- y volví a ellos completamente consciente de su importancia. El momento no pudo ser mejor.


The Great Wilderness nació con la mejor música que Pao había escrito hasta ese momento. Un puñado de canciones que servían como crónica de alguien construyendo felicidad con las piezas sueltas dejadas por el resquebrajamiento de la tristeza. Su sonido estaba lleno de optimismo pero totalmente impregnado de dolor y sabiduría. Su voz era finalmente la suya, su guitarra estaba totalmente domada y hacía justo lo que ella quería. Su banda era impecable. Los que fuimos testigos de ese momento damos testimonio: en ese año no había banda alternativa que pudiera ponerles un dedo encima.


Al toparnos en los conciertos de la era dorada del Lobo Estepario, Pao y yo fuimos conversando más y más. Ella estaba inmersa en su carrera, en su trabajo y en su banda, pero sacaba ratos para que chateáramos. Me contó de un montón de cosas que pasaron mientras no estuvimos cerca, me habló de Ada, me habló de sus gatos, de su casa. Me habló de toneladas de revistas de X-Men por leer, todas digitalizadas en su iPad. Me habló de su hermano, cada vez más grande. Le hablé de estar en medio de un gran cambio, de sentir que los cascos polares de mi vida se estaban derritiendo y cayendo al mar. Me acuerdo de estar en su casa hablando de que quería escribir, que quería escribir más porque sentía que me iba a ahogar si no lo hacía y sentir su apoyo incondicional llenar todo el espacio existente. En ese contexto de cercanía salió su segundo disco y este proceso lo vivimos juntos. Estuve logueado, chateando con ella mientras una a una iban subiendo las canciones a Bandcamp, preparando la gran revelación para la mañana siguiente. El disco sería otro clásico.


Durante el 2010-2011 -antes de su primer mini-gira al extranjero- los conciertos de The Great Wilderness fueron el centro emocional de la movida del Lobo Estepario. Eran los conciertos que reunían a la gente de las otras bandas frente a la tarima, todos juntos en una sola voz. Dentro de esa dinámica se grabo el video de su single Dark Horse, que era una celebración de ese sentimiento de comunidad y -viendo para atrás- de paso sirvió como su finale, su último instante de gloria. Fue un momento emocionalmente significativo y con mucho peso, algo que contrastaba radicalmente con la Paola de unos años antes. Cuando la conocí, Pao no se sentía como parte de la escena local. Creo que no se sentía parte de nada. Estaba en una especie de exilio auto-impuesto, totalmente ajena a todos los demás, algo que he notado mucho en gente creativa que arranca su vida pública sintiendo que está condenada a ser un outsider, sin entender aun que básicamente la escena entera es un outsider. Pero ahora empezaba a sentir el valor de la comunidad y a darse cuenta que era parte de una tradición que la precedía varias décadas y que ella estaba, con su trabajo, asegurándose que se extendiera varias décadas más.


Flash-forward unos años. El tercer disco de TGW sale en el 2013 después de inmenso sacrificio personal y una banda constantemente en crisis. Después de gastar dinero en viajes, desgastarse en sesiones interminables de grabación y mezcla, invertir recursos inexistentes en videos y perder la mitad de la banda en muy públicos -y terriblemente dolorosos- conflictos creativos y personales... el disco estaba terminado. Lo único que se mantiene intacto dentro de la banda son las guitarras de Jime y Pao, todo lo demás estaba erosionado y repleto de mala vibra. Completando el cuadro, lo que alguna vez fue una escena vibrante y viva estaba sufriendo un proceso de transformación, una generación de bandas que alguna vez fue muy unida se encontraba desperdigada y hasta en algunos casos, inerte. Ahora había bandas pensando en otra escala con otro tipo de necesidades y ambiciones, había expectativas insostenibles, había mucha presión para alcanzar algún tipo de éxito sin estar muy seguros si significaba algo más allá de menciones en blogs internacionales, conciertos para salones vacíos en otros países y entrevistas por internet ¿dónde calza The Great Wilderness en todo esto? ¿dónde quiere calzar Paola Rogue? ¿qué precio se está dispuesto a pagar para seguir nadando contra corriente en busca de algo que nadie tiene y que parece que nadie sabe qué es en realidad? ¿es para esto que estamos creando?


El 2014 fue un año silencioso. Creo que Pao ha estado lentamente re-descubriendo su amor por la música y re-evaluando cuales son las cosas que la hacen feliz realmente. Esto es puramente especulativo de mi parte, entonces por favor no tomen nada de lo que estoy diciendo como verdades absolutas. Creo que Paola ha perdido cualquier interés en ser adorada por fans locales o lejanos, que ha perdido el gusto por darle a su creatividad más importancia que a su paz interior. Siempre fue una creadora decidida, de opiniones fuertes y se rodeó de talentos similares con pasiones igualmente intensas, y por esto creo que algunos espacios creativos se fueron llenando de dolor y recuerdos complicados. De ahí la distancia.


La veo ahora mucho más entera y llena de optimismo. La he visto recuperar su cercanía con gente que ama con quien sostuvo dinámicas creativas conflictivas. La veo proteger el amor de gente con quien no puede crear sin entrar en debates acalorados. Creo que está cuidando puentes que construyó con muchos años de amor y trabajo, y que tal vez en algún momento perdió de vista. Gente que la entiende y la acepta por quien es. El cuidar el amor es un trabajo que requiere revisión constante y saber hacerse preguntas duras. Es fácil olvidar las cosas importantes y vivir a la defensiva, las cosas duelen menos. Confundir deslealtad con estar en desacuerdo, o confundir interés económico con interés genuino. Estas son lecciones duras que la vida hace bien en enseñarnos y debemos estar atentos. Somos para siempre trabajos incompletos.


Hace un año vivimos una de esas aventuras que lo marcan a uno, en el concierto de Paul McCartney. Me acuerdo de verla llorando como una niña, totalmente impactada y sobrecogida por la dulzura intensa del momento. Me acuerdo de verla cantar cada una de las canciones del disco nuevo, verla admirando los colores brillantes y la alegría de alguien que ha vivido tanto, ganado tanto y perdido otro poco. Creo que en ese momento entendió el valor de seguir adelante como artista, del trabajo creativo como algo que es su propia recompensa... pero que tal vez ese trabajo no debería requerir de equilibrios complejos ni compromisos, ni sacrificios absurdos. Tal vez era el momento de escucharse a ella misma y seguirse a ella misma, sin terceros ni heridos. Ver a alguien que hizo tanto acompañado de dos bandas legendarias, cada una significando una era, ver a ese creador trabajar ahora sólo, por puro amor por lo que hace, sin necesitar validación de ningún tipo, solo el querer conectar con la gente que quiere conectarse con él y entre sí... creo que eso pone las cosas en perspectiva. Hay una vida después de eso, hay amor después del amor.


Tal vez The Great Wilderness vuelva a tocar, no hay nada escrito, la banda no está ni siquiera separada en términos oficiales. Tal vez veamos a Pao reunirse con sus amigas y tocar improvisadamente sin avisarnos, pero sin forzar nada ni exigir nada. Hay que dejar el amor fluir y aprovechar lo más posible lo que tenemos ahora. No dejarse atrapar por nostalgias, sólo celebrar lo que brilla entre nuestras manos mientras lo dejamos ir, hacia el cielo. Es lo que es. Resistance is futile.

Lolita Piñata - EP I (2007)
Lolita Piñata - EP II (2008)
The Great Wilderness - Afterimages of Glowing Visions (2010)
The Great Wilderness - Tiny Monsters (2010)
The Great Wilderness - Dark Horse (sencillo) (2011)
The Great Wilderness - In the Hour of the Wolf (2013)
Paola Rogue - River Deep (sencillo) (2014)
Paola Rogue - The Young Ones (sencillo) (2015)
Paola Rogue - Belle (sencillo) (2015)

The Great Wilderness en bandcamp.
Paola Rogue en bandcamp.


jueves, 21 de mayo de 2015

Perra Pop Presenta: Seka (acústico)


Tuve roles formales en las bandas con las que trabajé: Bruno Porter, Exnobia, Nada, ESimple. Relaciones estrechas con otras, como en el caso de Los Waldners y Detectives Salvajes, pero nada formal, sin voz ni voto, sólo gran cercanía. Es gente que quiero, gente importante en mi vida. Con Seka no necesito un rol oficial, soy uno de la familia. Para ser preciso: uno de ellos. Fue igual con Continental, fuimos un núcleo brillante e indivisible mientras duró. Seka es la banda de mis hermanos, con quienes aprendí cosas de mí mismo que nunca imaginé, con quienes viví la odisea de hacerme adulto y de soñar en conjunto, de conocerme y aceptarme. Algunos siguen tocando ahí, otros -al igual que yo- nunca fueron músicos pero son compañeros de viaje y sangre; otros crecieron hacia otros lugares, pero somos hermanos igual: Taco, Poveda, Louie, Moritz, Max, Kius, Leo, Sandra... Los lazos se mantienen intactos, fuertes. Nada de lo que van a leer a continuación es objetivo. No me importa que lo sea. No con Seka.


Cuando se juntaban los miembros de Seka y UFO a prensar guaro con birra hasta la madrugada a finales de los 90, lo que sonaba en los parlantes era lo usual: Clash, Rancid, Social Distorsion... Con el tiempo otras cosas se fueron colando en el playlist: Johnny Cash, Bob Dylan, Neil Young, Lou Reed... El vocabulario se extendió ferozmente. Ellos tenían gustos diversos desde adolescentes, pero de alguna forma no eran gustos de consenso, ni les provocaba urgencia como creadores. Se habían aliado alrededor del núcleo del punk y durante mucho tiempo eso fue suficiente como puente y punto de encuentro.

Durante muchos años el punk local vivió anclado entre "la vieja escuela" (punk '77, punk español) que tenía raíces clásicas y "la nueva escuela" (punk herediano, hardcore) que tenía su origen sónico en el Washington DC de los 80 y el sur de California de los 90. Bandas de punk fuera de estas corrientes tenían la imposible labor de encontrar un espacio propio y terminaban desapareciendo, seriamente desgastadas en corto tiempo (Psicodelisca y Pidgines fueron excepciones notables). El panorama del punk era cerrado y estricto.


A principios de los 2000, Mauricio Fernández (Moritz) y Pao Durán logran asociar un grupo de bandas jóvenes con el sonido "vieja escuela" bajo un sello llamado precisamente Vieja Escuela, para producir sus propios eventos y difundir su trabajo. La estética plástica de Vieja Escuela -desarrollada en su mayoría por Adrián Poveda- mostraba un vocabulario más cercano al rockabilly y al rocanrol de los 50, cada vez más lejos de los estándares tradicionales de la escena costarricense. Fue una de las primeras señales visibles del desarrollo de una identidad nueva dentro de una corriente establecida. Otra evidencia sería el concepto mismo del Atomic Diner de Christian Montero -vocalista de UFO- modelado como un café gringo de los 50 con estética hot rod, que contaba con murales de Poveda. Algo se estaba gestando y estas eran las primeras evidencias palpables.

A pesar de claras influencias de rocanrol clásico entre algunas de estas bandas de "la vieja escuela" durante estos años, aun ninguna banda en ningún género abrazaba -sin ironía- la estética musical rocanrolera que hacía décadas se había abandonado en Costa Rica. Eso se reservaba para bandas de covers y tributos. Una de estas bandas de covers fue Psicópatas, un grupo que armaron Esteban, Moritz y Poveda para "sacarse las ganas" de tocar algo de las nuevas influencias y alejarse del punk; se limitaron a conciertos pequeños en casas y algún bar, casi un ejercicio estilístico en country rockabilly. Fue insuficiente y solo los calmó por un tiempo. Aparte de eso, ninguna banda punk -que siguiera siendo punk- había tomado la arriesgada decisión de explorar una estética más matizada e introspectiva, mucho menos confesarse folk


Finalmente los miembros de Seka y UFO se sintieron ahogados por la estructura rígida y estricta que caracterizó a la escena local, que permitía solo un crecimiento limitado entre sus músicos. Si algo se salía demasiado de lo considerado "punk", se veía como el primer paso hacia una comercialización vulgar o una maniobra aspiracionalista de músicos que querían transicionar hacia el metal o el progresivo, o -en el peor de los casos- ambos. Tocar covers en una banda que no tomaban en serio no era suficiente. Seka decidió mezclar la estética del rockabilly, el folk y el rocanrol preparada para lo peor, preparada para ser considerada "suave", "vendida" o "traidora". No obstante los riesgos, su prioridad era mantenerse creativamente honestos, y las herramientas estéticas del punk y el ska eran insuficientes para articular lo que querían decir.

Fueron trazando su plan tomando whisky en vasos plásticos frente a Tribal: hacer un set limitado, concreto, corto. Usar canciones populares del set de Seka para que no sonara tan ajeno. Darles aire, dejarlas respirar. Todo tenía sentido, pero a la vez se sentía como una especie de suicidio colectivo.


En el 2004 se metieron a ensayar Esteban, Siki y Taco (Diego García) de Seka con Poveda y Moritz de UFO. Ellos dos tocaban intermitentemente con Seka, pero esta vez su influencia sería decisiva y su rol uno oficial. Bajo la dirección del gran cronista del rock nacional, Leo León y con la ayuda de Sandra Angulo, se grabaron las Sesiones Acústicas en los estudios de Radio U. Se daba un paso firme fuera del punk y hacia territorios vírgenes, sin garantía alguna de si su público iba a querer seguirlos hacia allá.

La salida del disco marcó un momento de cambio para los miembros del proyecto y disparó la imaginación de la escena de punk nacional, abriendo todo tipo de puertas. En vez de ser recibido como una aberración, las Sesiones Acústicas fueron consideradas un punto de partida para toda una generación de jóvenes músicos de las escenas punk y alternativas. En ese momento Seka trascendió sus raíces como una banda de nicho y se convirtió en un fenómeno fuera de su género, a la vez el punk nacional demostraba que tan lejos podía llegar y la riqueza musical que incubó durante años.

El set no tenía el contexto necesario para existir en las pobladas maratónicas de ska y punk que llenaban conciertos los fines de semana, entonces llevaron su trabajo al circuito de bares y teatros capitalinos que programaba conciertos de música alternativa entre semana, exponiéndolos a públicos en su mayoría desconocidos. Por eso muchísimas bandas indie y alternativas actuales citan a Seka como una influencia decisiva, por este momento en que se dejaron mezclar con las demás corrientes fuera de su tribu.


Esta etapa acústica de Seka coincidió con el nacimiento de Los Acetatos, con quienes compartieron varias influencias estéticas y musicales. La llegada de ambas bandas al circuito de bares de la capital anunció un cambio importante en la escena alternativa, que se consolidó un corto tiempo después con la llegada de otras bandas pioneras. Unos meses después, Poveda, Siki, Esteban y Moritz reconvinieron para desarrollar material nuevo, en su mayoría escrito por Adrián. Moritz participó en el proyecto durante los primeros ensayos -unos tres meses- antes de abandonarlo y ser reemplazado por el nuevo baterista de Seka, Louie Imbach. Eventualmente este proyecto se convirtió en Continental. Moritz por su lado fundó Los Cuchillos. El resto es historia.


En el presente, Seka está conformado por Alejandro "Siki" Imbach (Continental, Los Merlot) en los teclados, Vilmer López (Demorama, Macua) en la guitarra, Joaquín Tapia (Jippo) en el bajo, Esteban Rodríguez (Continental, Los Merlot, Juvenal) en guitarra y voz y JP Retana (Tropa 56, Macbeth, La Necia) en la batería. Tal vez la alineación más pulida y virtuosa que ha tenido la banda.

Seka - América Va (2000)
Seka - Cantar Opinando (2002)
Seka - Sesiones Acústicas (2004)
Seka - Folklore para un Nuevo Mundo (2006)
Seka - Adiós Futuro (2010)
Seka - Canto Primal vol. 1 (2012)
Seka - Canto Primal vol. 2 (2013)
Varios - Dele Viaje (2013)
Seka - El sur aún resiste (2015)

Seka en bandcamp.
Dele Viaje en bandcamp.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Perra Pop Presenta: Rex Begonia


Rex Begonia tiene como veinte canciones en su repertorio. Son una banda desde Julio del 2010 y tuvieron su debut en Octubre del 2012. La banda está formada por Aurelio Vidor Osaba (bajo), Ellioth Brenes Boulak (bateria), Adrián Campos Rojas (guitarra). Si bien sus miembros son de diferentes lugares de la GAM, concentraron mucha de su actividad en Heredia hasta hace un año, más o menos. Luego de eso, han invadido todos los espacios posibles.


En la década pasada, el punk costarricense se polarizó por sus influencias. Por un lado "la nueva escuela" que ha gira alrededor del hardcore y el punk herediano (o melódico), y por otro "la vieja escuela", que tiene sus raíces ancladas en el muy británico punk '77 y en la tradición anarca española. Un gran vacío en la escena local fue el punk más arriesgado y diverso de la tradición neoyorquina setentera del CBGBs, que tenía un gran amor por el poder crudo y la simple tradición melódica del rocanrol clásico y el doo wop pero que mantenía la mirada firmemente hacia adelante. Este tipo de punk (Ramones, Blondie, Television, Talking Heads) no es siquiera considerado punk por mucha gente (con la excepción de los Ramones), ya que fue la base de lo que se conoció eventualmente como New Wave durante los 80 (y precursor a lo que luego se etiquetó como "alternativo"). Es importante entender que el New Wave simplemente era una forma de poder venderle bandas punks a adultos gringos escandalizados. Rex Begonia calza perfectamente en esta categoría musical escandalizante pero melódica, históricamente huérfana en nuestra ciudad.


La primera vez que escuché Rex Begonia fue gracias al lanzamiento de su primer sencillo -un incandescente doble lado A llamado Rocky Roll/Safari- en Septiembre del 2014, algo que ellos han insistido en llamar un "demo" cuando en realidad es muchísimo más efectivo que cualquier super-producción de estudio. En menos de cuatro minutos aclaran cualquier duda sobre su talento para amarrar melodía con poder, y de su absoluto desinterés en ciertas convenciones locales, como el uso de vocales preciosistas. El sencillo fue grabado hábilmente por Mariano Vidor, -otro miembro más del clan Vidor de artistas- que logró trasmitir con claridad la intensidad de la banda en vivo, sin opacar la destreza de su composición. Un detalle: la letra de Safari es por Elías Marqués Reyes, guitarrista de los Acetatos; curiosamente Claudio Vidor (hermano de Mariano y Aurelio) tocó guitarra en Los Acetatos un tiempo reemplazando a Elías, estrechando los lazos entre los Vidor, Rex Begonia y esa icónica banda local.


Hablando de los Vidor: los artes de los afiches, logos y el demo de Rex Begonia son obra del alucinante Aurelio. Una de las elementos emocionantes de un concierto nuevo de Rex es la posibilidad de que esto incluya un afiche nuevo de Vidor.


En los últimos diez años hemos presenciado una importante migración de bandas, que en otra época hubiesen sido punk, hacia los espacios que ocuparon las bandas "alternativas"durante los 90 y 2000s. Muchas se sienten restringidas por una escena que en otro momento fue la punta de lanza de la diversidad y el pluralismo, por lo menos en papel. Bandas como Monte, Los Cuchillos, Las Robertas y Ave Negra no hubiesen estado fuera de lugar en compilaciones de punk costarricense en cualquier otro momento, pero ahora tienen que pelear espacios compartidos con criaturas disímiles. Dentro de ese tipo de condiciones es fácil perderse o pasar desapercibido, como le ha pasa a Rex Begonia, cuyo popularidad no es proporcional a su talento. Sin una escena específica que celebre un sonido, les ha tocado el trabajo cuesta arriba de hacerse sentir, y con feroz competencia. Estoy seguro que ellos jamás se verían a si mismos como punks, y tal vez sean más prontos a declararse "garaje" o "indie" pero no se dejen engañar. Hay suficiente subversión sónica en lo que hacen para sentir que esta banda pertenece a una larga tradición artística que utiliza el sonido como arma contundente y que no tiene uso alguno para convencionalismos ni poses.

Rex Begonia - Rocky Roll/Safari (sencillo) (2014)

Rex Begonia en bandcamp.

jueves, 14 de mayo de 2015

Perra Pop Presenta: vicepresidente


en este momento nadie sabe nada de vicepresidente.

aparecieron de la nada en nuestro radar colectivo -bien ensayados, bien montados, bien articulados- hace unos meses, puestos en el spotlight por Folk Collective e impulsados a la estratósfera por su set en el Festival del Corazón de Alessandro Solís. si uno pregunta, llevan años tocando. años.

su nombre con minúscula, su nombre que representa algo menos que el líder, algo menos que el responsable, alguien detrás de alguien.


la ejecución gentil de sus vocales, su preferencia por Ellen Page -en contraste a Megan Fox, por ejemplo-, sus letras vulnerables y lúcidas... todo va conformando una estética y confirmando una forma de percibirse a si mismos, de entenderse.

su bandcamp dice:

Cuatro músicos y ningún frontman.
Este y Oeste de la ciudad. Educación Superior Pública.
Isabel Calvo. Adrián León. André Rodríguez. Josué Arguedas.

a simple vista parece una necesidad de estar casi sugeridos o implícitos. tácitos. imagino que si abren la boca para hacer una broma, será sobre si mismos. tendría sentido.

¿qué me provoca vicepresidente?

¿por qué me obsesionan?

Puerto Viejo Cursi, por vicepresidente

Pt. III - Las Olas Ya No Vienen Por Mí.
Si no hay árboles, que te cubran del sol, no te quedés ahí, que te quemarás.
La playa vacía y comienzo a temblar, las olas ya no, no vendrán por vos.

Y si encuentro sombra, te guardo un lugar, ya el ron con coca se va a evaporar.
Hablemos de moda o de religión, las olas ya no, no vendrán por mí.

Pt. IV - San José.
Quememos un monumento, una constelación gigante de todo lo que quiero destruir.
Fuiste vos por un momento, el final y el recorrido y todos los misterios para mí.

San José: una galaxia, que se entierra entre tus uñas y te dice para donde huir.
Fuiste vos por un momento el final del recorrido y todos los misterios para mí.

parece que son amigos desde hace mucho. tocaron antes bajo el nombre Jaques Fagot. hay una foto vieja, tomada aficionadamente en Noviembre del 2011 en Retrovisor, todos flacos y nuevos. comparten el baterista con los Dead Deads. alguno es arquitecto. algunos veganos. uno toca en medias. escucharlos suelta una filita india de referencias que van desde el espejo de Lou Reed hasta el segundo brillo de los Microphones. escucho algo de Turtles o de Zombies también, y en eso desaparece todo en una nube de feedback y tensiones rítmicas. las dos guitarras se turnan las vocales. el bajo y la batería se mueven en bloque, blindados, anclando el caos.

Victorias, por vicepresidente

Las victorias nos sirvieron como fachadas para esconder
los lugares donde descansábamos del sol
pero nunca tuvimos opción y llegamos a la conclusión:
'las canciones sólo son palabras al azar'

¿qué es lo que queríamos decir si no había nadie ahí?

En la sala o en el comedor, es la escena aburrida de
la doméstica vida que vamos a llevar
pero nunca tuvimos opción
más que envolvernos en pudor
las victorias sólo eran palabras nada más

¿qué es lo que queríamos decir cuando no había nadie ahí?

y no, la crítica ganó, no nos pudimos defender, tal vez no sea un diez
pero nos vemos bien
al volvernos a encontrar y volvernos a reír de eso que queríamos,
¿queríamos?

las letras de vicepresidente han sido un descubrimiento esperanzador por su franqueza sobre las pequeñas derrotas. siento que admitir esto dice muchísimo más de mí que de ellos. me veo revelado y expuesto en mi admisión. pero tal vez de eso se trata el ejercicio, el efecto sugerido por el eco de sus sonidos. ante tanto hermetismo y fragilidad, ante tanta violenta introversión, la única respuesta es la transparencia.

me hacen pensar en la ventana abierta de mi cuarto durante mi infancia, con la mitad de las celosías quebradas -por lo tanto ausentes- y el viento entrando libremente por las noches, con el cielo estrellado expuesto a través de las cortinas que era imposible mantener cerradas. cuando se tiene una ventana abierta permanentemente uno se llena de muchas preguntas sobre la clase social y la correcta diligencia de los adultos a su alrededor. uno se llena de preguntas sobre la justicia divina, sobre las formas temibles que toma la oscuridad y al mismo olvida todo, perdido en la maravilla del espectáculo. noche tras noche. cuando se tiene una ventana abierta permanentemente no se tiene otra opción que no sea aceptar su lugar en el mundo, mientras se sueña con lugares más allá.


en unos meses sabré mucho más de ellos, es inevitable. si queda algo de justicia en el universo en unos meses todos sabremos muchísimo más de ellos. sus colores favoritos. las bandas esenciales de su adolescencia. el nombre de quien les rompió el corazón. el estudio donde grabaron el disco debut.

este es un instante efímero cuando aun no sabemos nada concreto, donde los descubrimos y ellos pueden mantener sus minúsculas y sus silencios. donde ellos por primera vez vislumbran lo grandes que pueden ser, sin entender lo que eso significa, sin saber nada sobre todas las vidas que van salvar y de todas las soledades que van a cobijar.

vicepresidente en bandcamp.
vicepresidente en soundcloud.

martes, 12 de mayo de 2015

Perra Pop Presenta: Los Acetatos


Antes de Alta Costura, Continental y Los Cuchillos, estaban Los Acetatos. Antes de Jackie Oh, Las Robertas y Detectives Salvajes, estaban Los Acetatos. Antes de Zópilot, Niño Koi y el disco acústico de Seka, estaban Los Acetatos.

Los primeros en décadas en no tener un sonido que derivara del idilio costarricense con el progresivo y con el grunge o el nuevo romance con la electrónica, los primeros en no ser herederos del alternativo noventero ni sub-productos del nu-metal de su época, no eran punk ni hardcore ni eran góticos ni tocaban ska... eran rockeros indie con estética de garaje y un gran amor por la historia del rock, sin nostalgias ni tributos a eras pasadas. Eran Los Acetatos, la primera banda del alternativo costarricense contemporáneo.

Antes de llenazos multitudinarios durante los fines de semana, antes de ser el epicentro de la juventud políticamente progresiva de la capital, antes de ser el punto de reunión de la lucha contra el TLC afterhours, y ser asociada en el imaginario capitalino con música alternativa, cineastas, bailarines y el teatro... antes de ser La Chicha... la Chicharronera Rancho Alegre era un restaurancito familiar bastante modesto, con una fiel clientela capitalina entrada en años y una reputación maravillosa por su comida. Los Acetatos cambiaron eso -menos la reputación maravillosa por la comida que se mantiene intacta- y fueron la punta de lanza para convertir La Chicha en el referente generacional que fue en su era dorada.

Debutaron ahí en el 2004 en un concierto auto-gestionado, luego de que Don Miguel -su dueño- por alguna razón desconocida se apiadara de este quinteto de flacos y viera en ellos algo que aun nadie veía. La Chicha no era lugar para conciertos antes de eso, no era un lugar para gente joven, de la misma forma que el CBGBs tampoco era relevante para la juventud neoyorquina antes que Television lo pusiera en el mapa, era sólo un bar para señores en medio de la ciudad. Si damos un par de pasos atrás se revela el patrón. El error fue asociar a los Acetatos con los Strokes o los Hives, pensar que eran una moda pasajera inofensiva y no entender que tenían raíces mucho más profundas, que le debían lealtad a tribus más antiguas. Las reglas habían cambiado. Los Acetatos podrán tener una aproximación inocente a su música y a sus decisiones de carrera, pero tienen un conocimiento enciclopédico de la historia del rock. También entienden muy bien la capacidad -y la necesidad- de transformación que este tiene.


La primera vez que supe de ellos fue por un afiche pegado a un poste frente a Tribal, en Barrio La California, en el 2004. Yo estaba tomándome una cerveza en un vaso plástico en la acera con Adrián Poveda, nuestro ritual de fin de semana. La estética del afiche era casera, por ponerlo de alguna forma. Una fotocopia borrosa de una fotografía con rotulación hecha a mano, anunciando un concierto. Traté de arrancarlo y llevármelo pero estaba pegado con goma. Los maldije. Durante esa misma época una Paola Rogue adolescente recibió un afiche personalmente de manos de la banda, que repartía volantes en una esquina.

La noche que finalmente escuché a los Acetatos fue en el Teatro Calle 15. Se veían como una pandilla, actuaban como una pandilla. Las referencias y los guiños en su música recorrían la segunda mitad de un siglo recién acabado. Noté pinceladas de Lou Reed, de Thin Lizzy, Little Richard, de Joy Division y hasta de los Voidoids. A la banda le faltaba mucho ensayo aun pero todas las ideas estaban ahí, amontonadas como apuntes tomados a la carrera. Las canciones generalmente arrancaban con una estructura pop perfecta, con un groove ideal y definido que sería destruido totalmente al llegar el tercer acto, donde procedían a un freak out psicodélico que terminaba en una canción totalmente distinta a la planteada originalmente. Ferozmente auto-indulgentes, su show era un derroche de ideas sin filtrar que repetían más allá de la paciencia de cualquier público. Las letras eran caprichosas, subversivas y llenas de alusiones a su propia mitología urbana. Por cierto, en ese momento Calle 15 tampoco era un lugar que las bandas frecuentaran, eso lo sería luego. Nuevamente: vemos un patrón. Esa noche -antes y después del concierto- sonaba un disco con una selección musical hecha por la banda para ambientar el evento, un desfile de joyas de la tradición más subversiva del rock que iba desde los Velvet Underground hasta New Order. Después de cruzar unas palabras y presentarme ante la banda, me llevé el disco a la casa.


Originan de la clase media de San José, con una obsesión por la pureza callejera. Varias veces tocaron en la legendaria Mini Taberna donde ninguna banda joven siquiera se acercaba, tratando de encontrar los orígenes obreros del rock costarricense y al mismo tiempo disfrutando de los sets del mítico disc jockey Aramis. La primera vez que escuché a los históricos Hermanos Vargas fue cuando Los Acetatos tocaron con ellos en una mini-gira informal por chinchorros y cantinas, presentándolos ante una nueva audiencia. De esa gira destaca un show en Aca-Bar compartiendo tarima con Seka, que se presentaba en su formato acústico. El set acústico de Seka era el único par que tenían Los Acetatos en toda la escena en términos musicales y de actitud.

Los Acetatos partieron las aguas y polarizaron a la escena, de la misma forma que lo haría Alta Costura unos años después. Creo que lo siguen haciendo, la gente o los entiende o no. Simple. La escena musical costarricense estaba obsesionada con el virtuosismo y la pureza del sonido, y de repente llegan estos flacos espantapájaros declarando que la prioridad es otra: la prioridad es como la música hace sentir, la energía con la que se interpreta, la actitud y lo que el sonido evoca, no la cantidad de acordes que se meten en una composición ni la afinación perfecta. Nunca más eso. Me acuerdo de tener discusiones animadas con Abidán Moraga (ESimple, Papín y los Perrobots) y con Daniel Ortuño sobre cual sería la mejor forma de grabarlos sin quitarles el crudo poder que demostraban en persona. Eventualmente alguien averiguó por nosotros en el 2006, cuando salió su disco debut luciendo una hermosa serigrafía de Mauricio Poveda en la portada.


Son unos grandes inconformes y eso tiene un precio. A pesar de tener grandes apoyos -la época de Darren Mora como manager, la temporada electrizante de Claudio Vidor en la guitarra, el período con Autómata, las sesiones recientes con Daniel Ortuño- siempre lucharon por mantenerse sin compromisos y sin ataduras, fieles a sus instintos y leales a quienes les tienden la mano sin pedir nada a cambio. Tampoco fueron mentores de ninguna banda emergente ni se interesaron en crear comunidad fuera de su núcleo original. Por eso mucha gente desconoce su relevancia o trata de reclamar el lugar que justamente le corresponde solamente a Los Acetatos. Sus sueños nunca han sido de grandeza si no de unidad: ellos cinco, juntos. Yita en la voz, Diego en el bajo, Elías y Leo en las guitarras, Oscar en la batería. Ellos son, fueron y serán Los Acetatos.

Los Acetatos - Sept Splash (2006)
Los Acetatos - Los Acetatos (2010)
Los Acetatos - Anguila Nigeria (sencillo) (2014)
Los Acetatos - Serpiente (sencillo) (2014)

Los Acetatos en bandcamp.
Los Acetatos en youtube.
Los Acetatos en soundcloud.